El ambientalista Fratto describió que «estuvimos navegando un par de horas alrededor del animal y nos apartamos al comprobar que su vida no estaba en peligro, que se podía desplazar sin dificultad e incluso la vimos saltar en al menos dos oportunidades».
Fratto reconoció que «la especie yubarta no es la más frecuente en estos golfos como lo son las ballenas franca austral, pero sabemos que cada tanto algún ejemplar ingresa».
La aparición de la ballena puso en marcha un dispositivo de alerta cuando un pescador en la zona de «Bajo los huesos», 50 km. al sur del acceso al Golfo Nuevo detectó su paso.
«El pescador nos habló de una ballena rápida que pasó con una soga y nos dijo que no creía que fuera una ballena franca porque él las conoce en su desplazamiento y esta era mucho más veloz» explicó.
La búsqueda se completó cuando una de las embarcaciones de turismo advirtió la presencia del animal y se puso en marcha el operativo.
Para Fratto en rigor el elemento extraño sobre el animal «es una especie de gasa, más que soga, que le generó un anillo alrededor del cuerpo que por lo visto está holgado, es decir que no la está presionando y tenemos la esperanza que con el tiempo se desprenda».
La ballena yubarta (Megaptera novaeangliae), también llamada gubarte o ballena jorobada, no es una especie frecuente en los alrededores de Península Valdés, sobre el noreste del Chubut.
Su población sin embargo está muy diseminada por los mares a punto que se encuentran en los dos polos y en la época de invierno migran a aguas más cálidas para tener sus crías y aparearse.
El Instituto de Conservación de ballenas había advertido hace un par de años en un informe que las redes y sogas provenientes de la flota pesquera «afectan a un porcentaje cada vez mayor de la población que anualmente visita las costas de Argentina».
En el informe publicado por esa organización bajo el título «Investigadores evaluaron el impacto de redes y sogas de pesca sobre las ballenas francas de Península Valdés» se hace referencia a que «el número de ballenas francas australes con heridas ha aumentado notoriamente a lo largo del período de estudio».
La publicación se basa en un informe técnico titulado «Impacto de redes y sogas de la actividad pesquera sobre las ballenas francas de Península Valdés» que fue realizado por investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB) y colaboradores del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral. (Télam)