En medio de la disolución de la AFIP y su reemplazo por una nueva agencia, la Dirección General Impositiva tendrá nuevo titular
El Gobierno nombró a Andrés Edgardo Vázquez como nuevo jefe de la Dirección General Impositiva (DGI), en reemplazo de Gabriel Ramírez, en el marco del anuncio de la disolución de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y su reemplazo por la Agencia Nacional de Recaudación (ANR). Vázquez llega con una extensa trayectoria en el sector fiscal y con un perfil técnico que refuerza los objetivos del gobierno de Javier Milei en cuanto a control y fiscalización.
Vázquez cuenta con una sólida formación internacional, habiendo participado en múltiples capacitaciones en los Estados Unidos, incluyendo el Seminario Internacional sobre Lavado de Dinero dictado por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos en 1997, el Curso de Interdicción Aeroportuaria y el Curso Básico de Investigación de Precursores Químicos, ambos ofrecidos por el Departamento de Justicia y la Drug Enforcement Administration (DEA) en 1999. Estas experiencias le otorgaron un profundo conocimiento en técnicas de prevención del lavado de activos y en la lucha contra el fraude económico, áreas que resultarán claves en su nuevo rol en la DGI.
Un perfil técnico para una gestión clave
Andrés Vázquez asume la titularidad de la Dirección General Impositiva, uno de los roles más estratégicos dentro de lo que será la ANR, entidad que se encarga de la fiscalización de los impuestos nacionales y la administración de los contribuyentes más importantes del país. A lo largo de su carrera, Vázquez se destacó por su formación académica, con títulos de Licenciado en Administración y Contador Público obtenidos en la Universidad Argentina de la Empresa (UADE), así como por su participación en múltiples cursos y seminarios relacionados con el control financiero y la prevención del lavado de dinero.
Con más de 30 años de trayectoria, Vázquez ocupó puestos de relevancia tanto en la Administración Federal de Ingresos Públicos como en otras áreas del Estado vinculadas al monitoreo fiscal. Su experiencia en la fiscalización de grandes contribuyentes y en la inteligencia fiscal lo convierte en el candidato elegido para enfrentar los desafíos que implica la gestión de la DGI, en un contexto donde el control de la evasión fiscal y el aumento de la recaudación son ejes prioritarios del gobierno.
El fin de la AFIP
El reemplazo de Gabriel Ramírez por Vázquez en la DGI responde a la necesidad de consolidar una gestión más técnica y especializada en un área crítica para el funcionamiento del Estado. Ramírez, quien ingresó a la AFIP en 1990, ocupó distintos cargos a lo largo de su carrera y se desempeñó como director regional en el norte argentino antes de asumir la conducción de la DGI. Con la llegada de Vázquez, se espera una continuidad en las políticas de fiscalización, pero con un enfoque renovado en la modernización tecnológica y en el monitoreo de las grandes operaciones financieras.
Además de los cambios en la DGI, la Dirección General de Aduanas también tendrá un nuevo titular. Eduardo Mallea, quien ocupaba el cargo hasta ahora, será reemplazado, en lo que constituye otro movimiento significativo en la estructura de la AFIP. La Aduana es otra pieza clave en el control del comercio exterior, y su liderazgo es fundamental para prevenir el contrabando y garantizar el cumplimiento de las normativas aduaneras.
Desafíos de la nueva gestión
La Dirección General Impositiva se enfrenta a desafíos significativos en los próximos meses. Uno de los principales será continuar mejorando los índices de recaudación, en un contexto de ajuste fiscal impulsado por el gobierno de Javier Milei. La necesidad de aumentar los ingresos del Estado sin incrementar la carga sobre los sectores productivos ha llevado a que se estudien nuevas estrategias de fiscalización y optimización de recursos.
En este sentido, Vázquez deberá implementar herramientas tecnológicas que permitan una mejor detección de la evasión y el control en tiempo real de las operaciones de los grandes contribuyentes. Asimismo, se espera que su gestión potencie los mecanismos de cruce de datos entre distintos organismos públicos, con el fin de mejorar la transparencia y la eficiencia tributaria.
Otro reto importante será coordinar las acciones con la Dirección General de Aduanas y la de Recursos de la Seguridad Social, con el fin de tener un control más integral de las operaciones económicas en el país. La integración de datos y el monitoreo conjunto entre estos sectores son fundamentales para combatir la evasión y asegurar que los impuestos sean recaudados de manera eficiente.
Cambios en la Aduana
Al igual que en la DGI, la Dirección General de Aduanas también verá un cambio en su cúpula, con la salida de Eduardo Mallea. La Aduana es responsable del control de las importaciones y exportaciones, y su rol es crucial para garantizar el cumplimiento de las normativas comerciales y aduaneras, en un contexto donde el país necesita controlar su balanza comercial y evitar prácticas ilícitas como el contrabando.
El cambio en la conducción de la Aduana coincide con la necesidad del gobierno de reforzar los controles en las fronteras y de mejorar la recaudación aduanera, que es una fuente importante de ingresos para el Estado. El nuevo titular, aún por definirse, deberá enfrentar estos desafíos y coordinar sus esfuerzos con la DGI y otras áreas de la AFIP.