El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, diagnosticó cuatro crisis que azotan al país, que según señaló, conviven entre sí y afectan a la economía como «la pandemia, la guerra, la sequía y la que genera el endeudamiento con el FMI».
Al exponer en la Cámara de Diputados, en el marco de su primer informe de gestión desde que asumió al cargo, el santafesino planteó que, a pesar del escenario que describió, la Argentina tiene «elementos positivos» marcados por la producción energética que permiten «mirar con optimismo el futuro para adelante».
En compañía del vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, y ante diputados oficialistas y opositores, el funcionario nacional respaldó los datos y políticas públicas que «deben mantenerse independientemente de quien detente el Gobierno a partir del próximo 10 de diciembre».
«El primer dato es la inversión extranjera directa en la Argentina, que está arriba de los 15 mil millones, y supera el máximo entre el 2015 y 2019, por lo tanto esta idea de que cuando gobernamos los populistas y peronista no hay inversiones extranjeras es un idea que hay que desestimarla y dejarla afuera», inició el ministro coordinador, en referencia a las críticas de referentes de Juntos por el Cambio.
«La realidad es que hay y suele ser superior a la que hay en otros gobiernos de otros signos políticos», continuó y subrayó que bajo la administración de Alberto Fernández el país registra mayores niveles de ocupación en la mayoría las provincias del interior.
En otro pasaje de la exposición que apunta a responder preguntas de los legisladores, celebró el fin del Pacto Foradori- Duncan, trazado bajo el gobierno de Mauricio Macri, al sostener que fue un acuerdo «que nunca debería haber existido». «Se presentó como comunicado conjunto para evitar su tratamiento en el Congreso y lo que hacía era remover los obstáculos para el normal crecimiento y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas. Nada que ver con nuestras históricas posiciones alrededor de la defensa de soberanía en Malvinas», puntualizó.
Luego de reconocer a los excombatientes y veteranos de la guerra de Malvinas, a días de un nuevo aniversario del desembarco argentino en el archipiélago, declaró: «Para nosotros terminó la guerra en el 82, pero para Gran Bretaña la guerra no terminó, sino no hubieran establecido esa base militar que tienen en Malvinas».
En la misma línea, levantó el reclamo de la Cancillería respecto a la presencia de la Fuerzas de Seguridad de Kosovo en las islas, y postuló: «Malvinas para Gran Bretaña es mucho más que los recursos naturales, es una cuestión geopolítica, es poder patrullar el Océano Atlántico sin impedimentos».
«Creer que con un acuerdo de buena voluntad se puede acercarnos a tener posiciones más claras respecto a la soberanía es de iluso. Lo que no se puede hacer en política internacional es desconocer la realidad. Alguna vez tuvimos un canciller que mandaba ositos de peluche. Fracasaron los ositos de peluche», señaló en referencia a Guido Di Tella.
Asimismo, continuó: «Lo que hay que hacer es lo que hicimos con Néstor (Kirchner), con Cristina (Kirchner) y con Alberto Fernández, que es reclamar en cada foro internacional nuestros derechos soberanos sobre Malvinas».