La policía detuvo al atacante, que quedó procesado por intento de homicidio.

El caso es el quinto con heridos en una semana en Brasil, y se suma a la serie de ataques perpetrados en escuelas desde que el miércoles pasado un hombre de 25 años asesinó con un hacha a cuatro niños de entre 4 y 7 años al invadir un jardín de infantes en Blumenau, estado de Santa Catarina, fronterizo con la provincia de Misiones.

Según un relevamiento del diario Folha de Sao Paulo divulgado esta noche, hubo 44 adolescentes y jóvenes que fueron detenidos o demorados por la policía en siete estados, acusados de agresiones o de participar de amenazas digitales o presenciales dentro de escuelas.

En este caso de la zona rural de Farias Brito, interior del estado de Ceará, las dos víctimas de 9 años, que cursan el cuarto grado, fueron hospitalizadas en un hospital de la Barbalha, en la región del Carirí, luego de haber sido atacadas con el hacha.

El arma es la misma usada por Luiz Lima, de 25 años, un repartidor sospechoso de tener vínculos con grupos neonazis de Santa Catarina, que está detenido por los cuatro homicidios en Blumenau.

Una de las niñas fue dada de alta mientras que la otra se encuentra en terapia intensiva a la espera de decidir si debe someterse a una operación por una herida en el cráneo.

Júnior Almeida, secretario de Educación del municipio, informó que las clases fueron suspendidas por los próximos dos días y que el ataque ocurrió en horario escolar, a la tarde temprano, cuando los alumnos se encontraban en sus propias aulas.

El gobernador Elmano de Freitas, quien se encuentra de viaje en China con el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, lamentó en un mensaje en Twitter el ataque a la escuela y dijo que el gobierno hará lo que sea necesario para apoyar al municipio y a las familias.

El ministro de Justicia, Flávio Dino, informó al canal de noticias GloboNews que la Secretaría Nacional del Consumidor instalará procedimientos para determinar la responsabilidad de las plataformas virtuales en la difusión de amenazas.

Si las empresas de redes sociales no eliminan el contenido ilícito, pueden ser suspendidas o clausuradas en Brasil, sobre todo con la negativa de la estadounidense Twitter a censurar mensajes a favor de masacres en escuelas.

“Tenemos dos caminos que vamos a adoptar de forma concurrente: por un lado, sanciones administrativas que pueden llegar a la suspensión de la actividad de la empresa. Y, en caso de incumplimiento, podríamos llegar al límite de que dejen de funcionar”, explicó el ministro.