El último índice de pobreza en la Argentina mostró un incremento del 43,1% en 2022 al 44,7% en el 2023, lo que expuso que hay 17,5 millones de argentinos sumergidos en niveles bajos de ingresos, vivienda precaria, salud y educación insuficiente o inseguridad alimentaria. Revela, además, un incremento al 9,6% de la indigencia, en el último trimestre del 2023 y aclara que sin los planes sociales la pobreza llegaría al 49%.
El trabajo del Observatorio de la Deuda Social de la UCA (ODSA-UCA), último de 2023, fue realizado sobre un muestreo de 5760 hogares en un universo geográfico de grandes conglomerados urbanos que abarca el área metropolitana del Gran Buenos Aires, Gran Córdoba, Gran Rosario, Gran Mendoza, Salta, Neuquén La Rioja, San Juan Tierra del Fuego, Chubut y Chaco.
Además sostiene que hay 9,6% de personas que son indigentes (4,2 millones de personas). «Los efectos de la inflación sumados al estancamiento de la economía y la situación de empleo informal hacen que en la Argentina los niveles de pobreza hayan aumentado. Y todos los indicadores muestran que esa suba de cantidad de pobres o nuevos pobres seguirá en aumento el año entrante», alertó Agustín Salvia, director del OSDA.
Bajo el titulpo «Deudas sociales crónicas y desigualdades crecientes. Desafíos para la agenda pública (2004-2023)», revela que, si no existiese una contención de los planes sociales como la AUH, el ITF y otros programas, la pobreza escalaría al 49,1% de la población. Es decir que cinco de cada 10 argentinos está en potencial situación de pobreza. Salvia alertó en este sentido que «es necesario que persista una contención social a los sectores vulnerables para que no haya un desborde social».
En el estudio se destaca que la tasa de pobreza pegó más en los sectores muy bajos alcanzando el 68% mientras que en los sectores altos apenas llegó al 11% y en el promedio total alcanzó en el 2023 al 44,7%. Estos son índices que se vieron antes de la pandemia del COVID en el 2020 y son similares a los años de la presidencia de Néstor Kirchner en el 2004 y 2005. El otro dato alarmante es el de la inseguridad alimentaria. Esto es: personas y hogares donde padecen hambre al menos una vez por día. El 20,6% de los hogares en Argentina tiene signos de inseguridad alimentaria, lo que implicó en el 2023 un incremento de esta variable respecto del 18,7% del 2022.
Así, en el promedio total de los chicos de 0 a 17 años se registró el índice de inseguridad severa alimentaria más alta de los últimos 18 años: el 13,9% de los niños expuso que padece hambre en la Argentina durante 2023. «Casi 7 de cada 10 personas presentaba en 2023 al menos una de las carencias consideradas en dimensiones de derechos, el 44% registraba 2 o más, mientras que el 28% de las personas se encontraban en la situación más crítica mostrando 3 o más carencias en dimensiones de derechos», sostiene.
Para Salvia, «la causa de la pobreza ha sido y sigue siendo la falta de inversión y de un crecimiento equilibrado entre sectores dinámicos y sectores tradicionales, con capacidad de generar más y mejores empleos, o, incluso, trabajos dignos en la economía informal. El resultado es un aumento sostenido de la población «sobrante»». La brecha de ingresos entre los trabajadores de más alta y más baja remuneración, más que duplica la brecha de ingresos entre la ganancia media de los empresarios y la remuneración media de los trabajadores asalariados. De esta manera, el informe muestra que el 35,7% de la población no tiene acceso al empleo y a la seguridad social.
«Frente a la pobre creación de más y mejores empleos, y la imposibilidad de generar mejores remuneraciones, el gasto en transferencias sociales ha sido el mecanismo por excelencia más eficiente para mantener una relativa paz social. Sin este aumento en el gasto social la pobreza sería muy superior», revela el informe.