
La familia se había trasladado a la región central de Konya desde la ciudad de Nurdagi, en el sureste de Turquía, que resultó gravemente afectada por el temblor del 6 de febrero, según reportó la agencia de noticias AFP.
El terremoto, de magnitud 7,8 ha dejado más de 41.000 muertos en Turquía y Siria, siendo el desastre natural más mortífero de la región en siglos.
«Vimos el incendio pero no pudimos intervenir. Una niña fue rescatada por la ventana«, declaró a la agencia turca Anadolu Muhsin Cakir, residente en la zona.
Los cinco niños fallecidos tenían entre 4 y 13 años, según Anadolu. No está claro si la niña rescatada pertenecía a la misma familia.
En Turquía viven casi cuatro millones de sirios y muchos de ellos residen en regiones del sureste, devastadas por el terremoto.