La cirugía, cuyo costo asciende a 9 millones de pesos, ha sido suspendida en tres ocasiones debido a la falta de autorización para adquirir los materiales quirúrgicos necesarios. La última fecha, pautada para el 1 de noviembre, fue cancelada porque el Ipross no emitió la orden de compra correspondiente, dejando a la familia en una situación de incertidumbre y angustia.

El avance de la escoliosis y sus complicaciones
La escoliosis severa de la niña no solo afecta su movilidad, sino que también ha comenzado a impactar sus órganos vitales. “Hoy su pulmón está oprimido y su corazón no funciona como debería”, explicó Karina Martínez en su reclamo. Los estudios prequirúrgicos ya están realizados, pero la falta de acción por parte del IProS mantiene la salud de la niña en un estado delicado y progresivamente más grave.

Un ida y vuelta burocrático
Según Karina, el IProS autorizó inicialmente una parte del presupuesto para la cirugía, pero los costos aumentaron con el tiempo debido a las demoras. A pesar de presentar todos los certificados médicos requeridos y de iniciar un recurso de amparo, el instituto no ha cumplido con las acciones necesarias para que se efectúe la intervención quirúrgica.

“Desde abril estoy detrás de esta cirugía. Me dijeron que todo estaría listo para el 1 de noviembre, pero no largaron la orden de compra de los materiales. Ahora me dicen que tienen que pasar por distintas secretarías, pero mientras tanto, la salud de mi hija empeora”, denunció la madre.

Responsabilidades cruzadas
Karina señala que el IProS ha intentado responsabilizar al médico tratante, el doctor Martínez, quien trabaja en el Hospital Juan XXIII de General Roca. Sin embargo, el profesional asegura estar dispuesto a realizar la cirugía en cuanto disponga de los materiales. “El médico tiene toda la disposición para operar, pero sin los elementos no puede hacerlo”, afirmó.

Por su parte, desde el IProS sostienen que el médico “se excede de los convenios” establecidos, lo que ha llevado a un estancamiento en las gestiones. La falta de comunicación efectiva entre las partes ha dejado a Karina en medio de un conflicto que no logra destrabarse.

Recurso de amparo sin resultados concretos
La madre presentó un recurso de amparo en septiembre, otorgando al IProS un plazo de 15 días para resolver la situación. A pesar de esto, no se ha logrado avanzar en la adquisición de los materiales. “El tiempo pasa y mi hija sigue esperando. Ya no sé qué más hacer”, expresó Karina, visiblemente afectada por la situación.

El impacto en la vida de la niña
Mientras tanto, la salud de la niña continúa deteriorándose. Además de los problemas respiratorios y cardíacos, el dolor y la incomodidad son una constante en su día a día. “Es muy difícil verla así, sabiendo que la solución está al alcance, pero que no se toman las medidas necesarias para ayudarla”, lamentó su madre.

Un pedido urgente
La familia solicita que el IProS autorice de manera inmediata el presupuesto total y libere la orden de compra de los materiales necesarios para la cirugía. “No podemos esperar más. Esto no es solo un número o un trámite; es la vida de mi hija”, subrayó Karina.

Una situación que refleja un sistema en crisis
Este caso pone en evidencia las fallas estructurales y burocráticas en el sistema de salud de la provincia de Río Negro. Mientras tanto, Karina Martínez y su hija siguen esperando una solución que les permita recuperar la